Laura en Pijamas con Osito. Neg. 4x5. Cerro Catedral, Argentina 2012
Recientemente comencé a dictar el curso de Retrato en Familia en el Taller de Roberto Mata. Tenía tiempo sin dictarlo. No mucha gente se inscribe, asi que lo doy con cierto tiempo de por medio. Lo cierto es que extrañaba dictar este curso en particular. Ayer, llegaron mis alumnos con las imágenes del primer ejercicio, fotografías que provenían de sus respectivos álbumes familiares, imágenes que evocan sus propias memorias o las de sus padres o las de sus abuelos. Fotos que les importaban a nivel personal. Alguien confeso haber llorado mientras hurgaba con curiosidad los álbumes que tenían sus padres. Otro que su padre se habia apropiado completamente del ejercicio y no lo dejaba ver las fotos. En todo caso, hubo emociones fuera y dentro del salón de clases.
Yo soy como el que mas disfruto, siempre me da mucho gusto y placer ver fotos viejas que su única misión es pertenecer a un album de familia y dejar registro de alguna memoria mientras alguien recuerde.
En cualquier caso llegamos nuevamente a la conclusión que en principio, en el album familiar quedan censuradas las faltas de sonrisas, las fotos que allí se incluyen, son de momentos que aparentan ser felices y en mucho de los casos no dudo que lo sean. La cámara en un espacio privado sale para dejar registro supuesto de los buenos momentos que se viven juntos y únicamente estos, todos los demas quedan por fuera. En muchos casos, estos últimos, los que quedan por fuera, los que no necesaria y expresamente tratan de representar la "felicidad" familiar son los que usualmente llaman la atención de la puntería de mi cámara. No necesito ser específico que hay detrás de ellos, rara vez la fotografía lo es. Solo puedo decir que a veces tengo la suerte que me dejan retratarlos, Adriana Josefina Patricia, Laura Aquilina y Sebastián Cayo son ampliamente generosos con mi hurgar visual. Mi cámara en mi casa a veces tiene un valor por encima de lo que esta ocurriendo y se puede tomar la foto. Quizás es una tonteria, pero me alegro que aunque esten malhumorados conmigo me dejen hacerlas. Es algo que no puedo dar por sentado y que debo estar agradecido.
Tienes razón, son recuerdos maravillosos en los que Laura recordará que su papá si se ponía fastidioso tomándole fotos todo el día, pero lo recordará con una sonrisa en la cara
ResponderEliminar¡Cómo quise hacer ese curso!
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EliminarKathleen siempre sería un placer
EliminarNunca es tarde
Creo que Adriana y tú tendrán un increíble álbum que mostrar a Sebastián y Laura cuando crezcan, y asimismo ellos a sus hijos más adelante. En especial porque las fotos van más allá de las sonrisas que mencionabas arriba y el lunes en clase. Esta imagen me encanta; el pequeño puchero de Laura, sus manos al rededor del oso, la luz, el chorreado en la pared que sigue perfectamente la curva de la sombra. Excelente.
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