Sin título. De la serie: Casa Hogar Doña Josefina. © Marcel Isaac
Casa Hogar Doña Josefina
Fue así como llegamos a
la Casa
Hogar Doña Josefina y descubrimos
una serie de personas cuyas vidas discurren en un tiempo paralelo.
El mobiliario y la atmósfera
de la Casa Hogar nos hace retroceder décadas enteras,
llevándonos a un período en el que todo parecía ser más calmado, más lento, más
sencillo. Casi flotando en ese ambiente se encuentran sus habitantes. Juguetones
como infantes en el preescolar algunos, otros distantes y encerrados en sus propios
pensamientos, las personas de Doña Josefina caminan cada vez más cerca de los
pisos terracota, conversan entre ellos rodeados de muebles de pantry, y olvidan
todo lo que son frente a incomprensibles programas televisivos que apenas
alcanzan a ver en desvencijados aparatos blanco y negro. Rodeados de cosas que
no les pertenecen, viven sus últimos años como si el tiempo también fuera algo
que les han dado en concesión.
Esta serie de fotografías
refleja un doble carácter evocativo: el de un espacio físico a todas luces
anacrónico y el de unas miradas que buscan, casi con desespero, a ese otro que
los lleve a la tan añorada época de sus vidas pasadas. La relación entre el
lugar y sus ocupantes desvela la conspiración del tiempo y el espacio: la Casa
Hogar Doña Josefina es para ellos un vago remedo de momentos de sus vidas
pasadas, momentos que quedaron atrás.
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