lunes, 28 de noviembre de 2011

PAPELTAPIZ: Óscar Lucien



Diego Rísquez. De la Serie: Cineastas Venezolanos. © Óscar Lucien.



¡Que salga bonito!

"Estoy convencido de que cualquier intento fotográfico para mostrar a la persona plena es una tontería. Sólo podemos mostrar, lo mejor que podamos, lo que la persona revela exteriormente. La persona interior rara vez se revela". (Arnold Newman)

En Septiembre de 2009, mientras transcurría la Asamblea General de Naciones Unidas, el fotógrafo londinense Platon instaló un pequeño estudio en el lobby del emblemático edificio de Nueva York para ejecutar su proyecto Portraits of Power, un portafolio sobre un centenar de líderes mundiales allí congregados. Entre las múltiples anécdotas que comenta Platon del trajín que significó colocar frente a su cámara a personajes tan singulares y controversiales como Ahmadinejad, Chávez, Gadaffi, Putin o al sin par Berlusconi, vale la pena destacar la petición del Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu: “make me look good”, que libérrimamente traducido al criollo podría ser: ¡Que salga bonito!
La solicitud de Netanyahu podría dar elementos para discutir sobre el retrato en términos de un acuerdo, de un trato, de un intercambio consensual entre fotógrafo y personaje retratado. Subrayo, no obstante, algo tan esencial como que una fotografía o, en más estricto sentido, una buena fotografía, no es (tan sólo) un  registro técnicamente impecable de la “realidad”, sino una construcción intelectual de esa realidad. La pregunta que se hace todo aquel que toma una cámara fotográfica en sus manos es cómo hacer una buena fotografía o, una vez que ha fotografiado un personaje, un paisaje, o un evento callejero, si su registro tiene calidad.
Si bien los aspectos técnicos tienen un papel significativo, lo esencial sigue siendo la mirada, la forma personal como vemos o construimos la realidad fotografiada. La petición de Netanyahu es también reveladora en ese sentido. Él sabe, o intuye, que su retrato no será una copia mecánica de su figura sino que lo que veremos en la foto será el resultado de la visión particular de ese fotógrafo, y por eso trata de establecer un acuerdo: “make me look good”.
En mi modesta escala, he avanzado el proyecto “Cineastas venezolanos”, consciente de esa relación de intercambio, la cual adquiere resonancias particulares en la medida que los retratados son profesionales en el ámbito de la construcción de imágenes, atento igualmente a la tensión que eso genera en la medida que deben ceder el control que usualmente dominan en un plató y, particularmente inspirado en la obra de Arnold Newman.
Óscar Lucien



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